lunes, 26 de noviembre de 2007

VII. PROPUESTAS PARA EL CAMBIO

VII. Propuestas para el cambio

Guillermo León Escobar dice: “¿Para qué sirve el Plan?, para gobernar ¡no! “El plan –como el barco- debe conducir hacía el puerto seguro de una nueva sociedad”.” (Revista Javeriana. 1998. Junio. p: 374)

El desarrollo de una sociedad está ligado a la evolución en la integridad de la persona, la forma de potencializar todas la habilidades y talentos de esta, es por medio de la educación. Sin embargo, la existencia de ella solo depende de los recursos que el Estado esté dispuesto a invertir.

Pero la educación es un arma que amenaza todos los gobiernos, pues por medio de ella entendemos que todos tenemos derechos y así podemos vivir en convivencia con el otro, para entender que no solamente somos maquinas de trabajo, sino que somos humanos y tenemos sentimientos, pensamos.

De esta manera, la propuesta para el cambio en la metodología de la educación se basa en la teoría de gubernamentalidad que utiliza Foucault:
“La familia como elemento en el interior de la población y como repetidor fundamental de su gobierno. Dicho de otro modo, el arte de gobernar, hasta la irrupción del conjunto de problemas relativos a la población, no se podía pensar más que a partir del modelo de la familia, a partir de la economía entendida como la gestión de la familia. Por el contrario, a partir del momento en que la población aparece como algo completamente irreductible a la familia, de repente, ésta ultima pasa a un segundo plano con respecto a la población (…) La familia, de modelo, va a convertirse en instrumento; instrumento privilegiado para el gobierno de las poblaciones y no modelo quimérico para el buen gobierno (…) La población va a ser el objeto, que el gobierno deberá tener en cuenta sus observaciones, en su saber, para llegar efectivamente a gobernar de modo racional y efectivo” (FOUCAULT. 1999. p: 191, 192)

La educación no solo abarca los campos de saber científicos y artísticos, la educación es un saber actuar dentro de la sociedad, ser integro en cada acto; todo ello se nutre por medio de la educación que se implante desde la familia, sin entender este presupuesto como un fin de dominación, por el contrario es una de las primeras formas en que se hace libre al sujeto. A través de este mecanismo se podrá llegar a lo que llamamos ‘economía política’ y podrá existir la equidad social que todo el mundo busca.

Al tener valores firmes infundidos desde la familia, el ser, deja de ser un sujeto dispuesto a la sujeción y se convierte en un ser social, es más fácil que la convivencia se de en forma natural, así, no solo se estaría combatiendo un problema de violencia en la sociedad, sino que también en la parte económica habría indicios de desarrollo, pues, los ingresos que estaban siendo gastados para combatir la guerra estarían dispuestos en su plenitud a las necesidades en el ámbito intelectual y de salud.

Para que este hecho pueda ser viable, es necesario que los integrantes de las familias estén conscientes o hayan recibido este tipo de conducta, de lo contrario no se podrán formar personas con proyectos de vidas distintos a los de matar, robar y demás. Desde los valores infundidos el individuo puede desempeñar sus papeles como estudiante, docente o profesional con honestidad y convencimiento. Aunque sea una propuesta totalmente moralista y hasta fantástica es lo que realmente está necesitando la sociedad moderna; una identidad consistente, al igual que sus valores.

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